lunes, 15 de enero de 2024



GALAXINA

 

Aunque deteste el término violencia de género por toda la ideología que lleva adherida como un insufrible determinante de hechos y situaciones, reconozco que fue un crimen de este tipo el que acabó con la vida de la actriz y modelo Dorothy Straten, en agosto del año 1980. Su exmarido la mató de un disparo al rostro.

Recientemente, navegando por Youtube, de pronto, me apareció como súbito resultado de no sé qué azarosas operaciones, la película Galaxina que interpretó la actriz citada. Estos últimos días han sido bastante delicados para mí y cuando vi en escena, en un primer plano el rostro impecable de Dorothy, conociendo yo su tremenda historia, experimenté tal convulsión que no pude sino echarme a llorar. Si pretendo analizar con precisión la mezcla de sentimientos y fascinaciones que sentí al contemplar el rostro, instantáneamente, resucitado de la chica, no me resultaría cosa fácil llevarlo a cabo. Más que llorar de pena por la trágica suerte de la actriz, me atravesó una suerte de piedad por todo lo que existe, por el destino que le aguarda a todas las personas, que todo tenga tarde o temprano que morir y desaparecer. Que lo digno y lo bello tenga que someterse a este final, me pareció algo intolerablemente doloroso. Me acordé de familiares y amigos de mi entorno que ya dejaron de estar con nosotros, me fijé en Dorothy, y me pareció increíble que la imagen que tan nítidamente esplendía de su rostro lo  estuviera haciendo a 44 años de distancia, que desde hace ese tiempo tal belleza no existiera. Me sumí en unos instantes de esa fascinación indescriptible que sólo la produce la contemplación del tiempo advirtiendo sus despliegues vertiginosos. Reaccioné escribiendo un poema que paso aquí sin retoques y que no sé si vale la pena, hablando desde un punto de vista estrictamente literario. Aunque, bueno, eso da igual.

La muerte me escandaliza y no la entiendo, no entiendo cómo puede darse y qué sucede con todos los que han muerto, qué pasa, qué pasará con nosotros.      

  

 

 

GALAXINA

 

La muerte es imposible, Galaxina.

¿Cómo asociar la destrucción,

La nada, a la finura

De tu perfil claro y rubio?

 

¿Cómo asumir la disolución de las formas vivas

Ante la sofisticación de tu rostro

Que reina tranquilo desde su acontecer tranquilo?

 

Como dijo el poeta,

La muerte no puede tener señorío

Ante tanta belleza,

Ante tanta calma dignidad,

Ante la soberanía que nos define.

 

No, Galaxina, la muerte

es imposible ante lo que somos

más allá de toda persistencia.

 

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