El maestro Fontcuberta se las sabe todas. A estas
alturas, todavía el mundo de la imagen fotográfica, en las manos del alquimista
Fontcuberta, ofrece mundos y conexiones de mundos derivados de la utilización
de los más vanguardistas métodos. Con Fontcuberta, el deseo de experimentar se inaugura
en cada ocasión que el artista se aproxima a algún motivo o tecnología nuevos.
Y esta exposición es una muestra generosa de los resultados que tales búsquedas
han producido.
El progreso tecnológico aplicado
a las artes no supone para Fontcuberta sino un afán originario de más imágenes,
de otros espacios creativos. Que cada serie descubierta por su inventiva se
corresponda con cierto discurso es lo de menos. Fontcuberta es fiel a su
estrategia de explotar cualquier forma o método que esté a su alcance para
potenciar el universo fotográfico y sus confines más sorpresivos.
Para Fontcuberta
experimentar es crear. Y los horizontes que su trabajo va revelando nos hablan
de un obrar en continuo progreso y del reto de asimilar los mundos que nos
devienen, en este caso, a través de la imagen fotográfica. Mundos que son los
nuestros, los de nuestra modernidad, mundos que no podemos evitar y que como
los pasajes metamórficos de un flujo sin fin nos remiten al orden primario de
la creación, a cómo se relaciona nuestro cuerpo con el espacio, a cómo la propia
naturaleza puede sintetizarse harmónicamente frente a nuestro criterio
diferenciándose de todo caos aunque sin dejar de pertenecerle.
La exposición la hallaremos, tras deambuleos flaneurianos o no, en la sala Las Verónicas, en Murcia.
Aquí abajo, las mirillas colocadas en los ojos de los monstruos visualizan otros monstruos ubicados al otro lado como si esto fuea el panel de un sex-shop obsceno.
Los retratados por la pintura clásica y barroca son otros tantos personajes de un flujo continuo y orgánico en el que los estereotipos y los rostros captados por la cámara fotográfica en la epoca contemporánea muestran raíces comunes, integrándose en un solo fenómeno fisionómico.
Fontcuberta utiliza la Inteligencia Artificial para seleccionar de internet 100.000 imágenes que reproducen un antiguo mosaico romano en Tarragona: la cabeza de la Medusa.
La migración del sujeto a sí mismo. Un sí mismo que es otros, muchos otros....
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